lunes, julio 10, 2006

Mundial en deuda:
Francia puso el mejor fútbol
Este fue un campeonato mundial de fútbol para el olvido. Salva esta justa deportiva el entorno que se creó no sólo en Alemania, sino en todo el mundo. Porque el mundo es una pelota de fútbol y, por lo mismo, aunque quisiéramos sustraernos de su desarrollo aun de reojo estaríamos al tanto de lo que allí sucede.

Estimo que a la larga el mejor equipo fue el francés. Los galos dirigidos con la batuta genial de Zinedine Zidane fueron un real equipo en todas sus líneas. Ofrecieron un fútbol de alta calidad, sobre todo en la parte final del torneo. Por fútbol, fue muy superior a Italia en el último compromiso, el más importante de la competencia. El árbitro argentino, de buen cometido hasta antes que se iniciara este encuentro, fue fundamental en el resultado. Hubo por lo menos dos faltas penales más allá de la única que cobró. Los penales, no importa cuantos cometa un equipo, se cobran porque si no ocurre el infractor queda en la impunidad y puede, como ocurrió ayer, hasta obtener un título de campeón mundial sin merecerlo.

Lamentable, del mismo modo, lo ocurrido con Zidane. Ofreció espectáculo desde que se decidió a liderar al equipo con calidad excepcional. En ese partido con los brasileños -nuevamente víctimas de los excelentes jugadores franceses- hizo gala de toda una batería de grandes jugadas que no se olvidarán tan fácilmente. Ese imperdonable cabezazo a un adversario italiano a escasos minutos del término de un partido crucial, lo dejó fuera de carrera y de los lanzamientos penales. Una lástima: sin embargo, fue el mejor del torneo.

Indudable. Francia fue mejor y merecía hacerse del campeonato.

Y por qué digo que merecía ser campeón sobre Italia. Porque los peninsulares llegaron a la final después de haber obtenido puntos ante dos rivales que en la cancha pudieron terminar triunfantes. Primero, con los norteamericanos, en que un arbitraje contemplativo los dejó entrar por la puerta ancha a la fase siguiente. Segundo, con los australianos recibieron en papel de regalo, en el último segundo, el cobro de una falta penal inexistente y de ninguna manera dudosa como dicen ambiguamente algunos comentaristas. ¿Qué hubiese pasado con los italianos si no reciben tamaña dádiva del juez de la contienda? Es probable que Italia igual hubiese terminado imponiéndose ante sus adversarios isleños, pero eso estaba también por verse en la cancha.

En este torneo lo mejor en fútbol lo pusieron franceses y argentinos cuando el talento de sus jugadores se puso a disposición del buen juego individual y colectivo, aunque hayan sido otros los que se llevaron los mejores trofeos. Lo demás pobre pero muy pobre.

Es de esperar que la deuda que deja el fútbol en este torneo se pague con creces en el próximo mundial, torneo en el cual esperamos que Chile esté entre los finalistas de esa contienda.

1 Comments:

At 6:01 p.m., Blogger Ambigramas Alberto Portacio said...

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Alberto Portacio Apicella

 

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