lunes, julio 10, 2006

Jorge Andrés Richards y los 50 años
del Colegio de Periodistas de Chile


Hace un par de domingos leí en “El Mercurio” una pequeña crónica a una columna que preguntaba qué sería de Jorge Andrés Richards, el periodista que hasta hace unos pocos años entrevistaba personajes de actualidad, junto a la periodista Cecilia Alamos, en el noticiero de Televisión Nacional de los domingos.
Jorge Andrés responde que está ahora dedicado a las consejerías comunicacionales y que pese a que los medios están hoy dominados por una franja de periodistas “iluminados” que creen que la historia empezó con ellos, estima que no tendría problemas para retomar su trabajo periodístico, como esas semanales entrevistas en la TV.
A Jorge Andrés lo conozco hace más de 20 años. Fuimos consejeros nacionales del Colegio de Periodistas. Richards fue vicepresidente y presidió el Consejo Nacional cuando Jaime Moreno se fue de embajador de Aylwin creo que a Costa Rica. Posteriormente, le sucedí en la vicepresidencia nacional de los periodistas chilenos. Aprecio a Jorge Andrés como colega y amigo.
Al inicio de la pasada década Richards me llamó para que retornara a la dirigencia nacional. Vivía un breve receso, algo así como un período sabático, alejado de las actividades directivas de mi colegio profesional. Después de casi dos décadas de incansable labor gremial me había dado ese descanso temporal. Hasta entonces había dedicado gran parte del tiempo a la Federación Iberoamericana de Periodistas, de la que fui por largos años tesorero y también vicepresidente.
Jorge Andrés, junto a Pablo Portales, me entusiasmaron y volví. Era el retorno.
Por esas cosas del destino, Jorge Andrés no repostuló y tuve que seguir solo pero en lista con otros buenos y asimismo apreciados colegas. El resultado fue un contundente triunfo y una primera mayoría nacional que ni yo me esperaba. El día en que se conocieron los resultados Jorge Andrés y Pablo celebraron mi triunfo como si hubiera sido de ellos.
Poco tiempo había transcurrido cuando se produjo esa irresponsable denuncia, cuidadosamente elaborada que se conoció como el “Piñeragate” y que tuvo como autora intelectual a la actual senadora Evelyn Matthei. La denuncia instrumentalizada en un programa de Megavisión por el mismo propietario del canal caló hondo. Viví con irritación ese momento. Fue a todas luces luces una artera maquinación pocas veces vista en un medio de comunicación en Chile. Recuerdo que Jorge Andrés quedó anonadado.
Al finalizar el programa le llamé por teléfono para entregarle adhesión y respaldo en mi calidad de vicepresidente nacional de los periodistas chilenos y de gran amigo, junto con invitarle a la sesión del día siguiente del Consejo Nacional para analizar la enojosa situación.
Fui el primero en entregarle el apoyo que merecía. El tiempo, que muchas veces es más sabio que las personas, se encargó de poner las cosas en su lugar y los culpables de la maquinación se ganaron el repudio general. Mi colega y amigo, en quien nunca hubo dudas de su proceder y de respeto por el ejercicio ético de su profesión, continuó su brillante carrera periodística como transcurre hasta ahora.
Traigo estos recuerdos a colación como una manera de rendirle, en la persona de Jorge Andrés Richards, un homenaje al Colegio de Periodistas de Chile, que hoy 11 de julio celebra sus 50 años de existencia, que se iniciaron con la publicación en el Diario Oficial de la Ley 12.045. Con hombres como Richards, Pacull y tantos otros se ha construido el periodismo chileno de las últimas cinco décadas.