lunes, abril 14, 2008

El matrón Cartes


Erik Cartes es matrón. Cumple funciones en la Unidad de Emergencia del Hospital San José de la capital. El día en que dio a luz en un baño del establecimiento la peruana Bernardita Vega cumplía turno como lo hace habitualmente. Era el responsable de atender a la madre en la ocasión. El profesional expresó que, por lo que pudo enterarse, ella había hecho abandono de la sala sin dar aviso. Dijo: “Nunca anunció tener contracciones, nunca acusó estar con pujo, siendo que tenía un historial de tres partos vaginales”. Dejó en claro que tampoco supo de su presencia en la unidad.
Es la parte contraria de una información que causó estupor, se hizo repetitiva durante varios días y que acusaba de todo al moderno Hospital San José y a su personal del Servicio de Urgencia.
La noticia produjo el cambio del director del centro asistencial y derivó en la designación de un interventor designado por el Ministerio de Salud. La prensa resaltaba en grandes titulares el problema, que a todas luces –por la nacionalidad de la supuesta afectada- inducía a pensar que se trataba de un nuevo caso de xenofobia en nuestro país.
Cartes fue terminante al señalar que en Urgencia del San José alrededor de un 5,2% de los partos corresponden a extranjeras y la mayor parte de ellas son peruanas, por lo que no se podría hablar de discriminación en este caso.
Los servicios de Emergencia de los hospitales tienen un sistema selector de demanda (triaje o triage) para determinar la categorización de las patologías. Es una manera de determinar el riesgo vital, alto riesgo y riesgo menor. De acuerdo con esta categorización se determina la prioridad en la atención de los pacientes. Hoy es una práctica habitual en los establecimientos asistenciales y una norma ministerial que debe respetarse. En el caso de los alumbramientos, se evalúa, como lo dice el matrón, la sensibilidad del dolor del parto. Si se debe tratar de inmediato a la madre, se hace en el acto.
Por tanto, es difícil entender que haya ocurrido lo contrario con el caso de doña Bernardita Vega. A veces las percepciones de las embarazadas prestas a dar luz se confunden y puede haber ocurrido en este caso. Cuesta creer que, por una supuesta desatención, la Sra. Vega se haya ido a recibir al recién nacido al baño del Servicio de Emergencia del Hospital.
Del mismo modo, en las informaciones previas de prensa no se mencionó nunca al matrón Cartes, encargado de atender a la peruana Bernardita Vega. Aquí hubo falta de celo periodístico. Sólo este domingo pude leer en un periódico de circulación nacional la versión del profesional que debía atenderla.
Por otra parte, si las responsabilidades fueran funcionarias, lo lógico es ordenar investigación sumaria o sumario administrativo. Así lo señala el Estatuto Administrativo que rige a la administración pública. En este caso se adoptaron medidas que sancionan indirectamente a un director del establecimiento, cuya responsabilidad en el hecho dista mucho de corresponderle. Son los funcionarios que en ese instante atendían el servicio los que debieran responder ante una hipotética falta en el caso planteado. Es posible incluso que haya responsabilidad en la usuaria, supuesta víctima del acontecimiento in comento.
Profesionales y funcionarios del Hospital San José están en pie de guerra ante las medidas adoptadas por la autoridad sanitaria. La autoridad dispone de los recursos legales para realizar una investigación acabada, libre de todo tipo de presiones internas o externas, para adoptar una decisión final, sobre tan delicado tema sin afectar su imparcialidad.